jueves, 27 de enero de 2011

DORMIR O NO DORMIR, HE AHÍ LA CUESTIÓN

Mientras dormimos cualquier  persona sin alteraciones puede dejar de respirar por unos segundos, ya que la respiración voluntaria durante el sueño se detiene y puede que los mecanismos involuntarios que toman el control del cuerpo fallen en algún momento. En el caso de una persona que sufre hipoventilación alveolar primaria, esta tiene los mecanismos involuntarios trastocados por lo que ante una bajada de oxígeno en la sangre, no hay una repuesta por parte del organismo y al no oxigenarse la sangre se produce la muerte. Nos encontramos así apneas producidas por enfermedades como puede ser el  SÍNDROME DE LA MALDICIÓN DE ONDINA.

martes, 25 de enero de 2011

ALICIA EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS… ¿¿SETAS Y BREBAJES O SÍNDROME???

                En las publicaciones  anteriores  vimos como creamos y creemos nuestro propio mundo, pero las falsas percepciones de este pueden deberse también a afectaciones neurológicas u otras causas médicas que todavía son un enigma. Nos referimos  al SÍNDROME DE ALICIA EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS. Este síndrome toma el nombre de este cuento de Disney debido a la similitud que presentan las vivencias del sujeto con las del personaje de la historia y es que las personas que lo padecen no necesitan tomarse una seta alucinógena para que los objetos se encogan (micropsia) o se agranden (macropsia) ni para que se alejen o se acerquen, además no precisan de un brebaje para sentir que su cuerpo o partes de él se alteran en tamaño y forma. También se han asociado otras ilusiones visuales como palinopsia (imágenes múltiples), acromatopsia (no percepción del color) y prosopagnosia (incapacidad de reconocer caras). "Si alguno de vosotros es capaz de explicarme este galimatías, le doy seis peniques", le gritaba Alicia a la Reina de Corazones, en un momento de la obra de Lewis Carroll, mientras no dejaba de crecer y crecer. Y tiene explicación, puesto que se trata de una patología, poco conocida, que se distingue por trastornos complejos de la percepción visual, provocados, en la mayoría de ocasiones, por las migrañas.
Según los expertos, las personas afectadas que son principalmente  niños y  personas con migraña, son en todo momento conscientes de la naturaleza ilusoria de sus percepciones. Sin embargo, éstas son lo suficientemente intensas como para que tengan que mirarse en un espejo para comprobar su talla. Un ejemplo de este síndrome podemos verlo aquí
La primera descripción del síndrome se realizó en 1952, por C. W. Lipppman, que trató a siete pacientes que presentaban distorsiones extrañas de su imagen corporal. Pero no fue hasta tres años después cuando se le otorgó el nombre con el que se le conoce actualmente. John Todd fue el encargado de "bautizarlo". Investigadores españoles han estudiado un caso excepcional de este trastorno neurológico poco conocido, lo curioso de este caso es que la niña afectada, de ocho años de edad, nunca había tenido migraña. “La niña, que sufrió trastornos de la percepción visual todos los días durante un mes y cada dos o tres días en las dos semanas siguientes, empezó con los síntomas sin haber tenido antes cefaleas”, aclara Corral. “Por ello, creemos que este caso cumple criterios para ser englobado en la Clasificación Internacional de Cefaleas (International Classification of Headache Disorders)”.Los investigadores concluyeron que: “El objetivo de nuestra publicación fue comunicar un caso excepcional de debut de una migraña como aura persistente, en forma de Síndrome de Alicia en el País de las maravillas”, explica a SINC María José Corral Caramés, autora principal del estudio y pediatra del Centro de Salud A Ponte (Ourense). Dar a conocer este trastorno permite a los científicos establecer un pronóstico benigno y evitar la multiplicación de pruebas diagnósticas.
Aunque las pruebas diagnósticas son incapaces de demostrar algún área cerebral específicamente afectada, los resultados de los estudios realizados en pacientes en su fase aguda mediante tomografía computarizada por emisión de fotón simple cerebral demuestran áreas de hipoperfusión en las proximidades del tracto visual y córtex asociado, lo que podría explicar las quejas visuales de los pacientes. Lamentablemente, los estudios no han podido revelar la localización exacta del cerebro donde podemos ubicar la lesión que lleva a la aparición de este síndrome, por tanto su tratamiendo es complejo y no siempre efectivo. Habitualmente los pacientes se someten al mismo tratamiento que los enfermos de migraña, como anticonvulsionantes, antidepresivos o dieta estricta.
Algunos investigadores afirman que Lewis Carroll sufría este tipo de alucinaciones, producto de sus constantes migrañas, que podrían haber sido fruto de su famosa obra, una de las más citadas de la literatura universal, y parte del imaginario colectivo gracias a la adaptación cinematográfica de Walt Disney ya que hacía unas descripciones demasiado buenas de lo que sufren los enfermos en sus obras.
Curioso, ¿verdad? No siempre las cosas son lo que parecen y en ocasiones la realidad supera a la ficción. Pero debemos encontrar el término medio entre vivir en mundos ficticios y vivir en reales creyendo que no lo son.

“Aprende a dudar, y acabarás  dudando de tu propia duda.”
Antonio Machado

martes, 11 de enero de 2011

DETRÁS DE CADA PETER PAN HAY UNA WENDY

Para continuar con la publicación anterior hablaremos de otro problema añadido de la negación de crecer y madurar ya  que la actitud de estos adultos de cuento (Peter Pan) está más centrada en recibir, pedir y criticar que en dar, por lo cual  tienen un deseo enorme de que los demás cubran sus necesidades de modo que en numerosos casos surge una figura que desarrolla el rol de madre protectora; aparece así en el SÍNDROME DE WENDY. Este síndrome hace referencia a la necesidad que tiene una persona de satisfacer al otro. Este síndrome no se considera una patología clínica, lo que no quiere decir que con el paso del tiempo se acaben produciendo desajustes y sufrimiento tanto en la persona que lo sufre como en quienes le rodean.
                No hay un patrón fijo de personas con mayor incidencia aunque se sabe que se da en mayor número en mujeres que en hombres, esta diferencia entre los sexos puede ser debida, entre otras cosas, a la cultura en la que estamos inmersos. Queramos o no, todavía sigue siendo la figura de la mujer  quien tiene más peso en el cuidado de los miembros de la familia y esas ideas que se nos inculcaran en el proceso educativo tienen su expresión en la vida adulta. Y es que el Síndrome de Wendy no depende de un solo factor, sino de un conjunto de variables, entre las que destacan el cuidado recibido,la educación absorbida, la personalidad propia y las circunstancias que rodean a la persona. No obstante, ninguna de estas variables por separado sería la responsable de su aparición.
Entre las aptitudes adoptadas encontramos: Sentirse imprescindible, entender que el amor es sacrificio y resignación, evitar a toda costa que alguien se enfade, intentar continuadamente hacer feliz a la pareja,  insistir en hacer las cosas por la otra persona, convertirse en un progenitor o progenitora en la pareja y que periódicamente acusa a su protegido de abusar de su buena fe, aunque tampoco hace nada para cambiar la situación.
                La  superación de este síndrome va a depender de la capacidad de la persona de reconocer que sus conductas son equivocadas. Deben reconocer sus propios miedos y a partir de ahí aprender a tener su propio sitio. Norwood propone un programa de recuperación en 10 puntos:
1. Buscar ayuda profesional.
2. Hacer de la recuperación una prioridad vital absoluta, lo que implica hablar abiertamente con la pareja sobre la situación.
3. Buscar un grupo de apoyo formado por personas que entiendan el problema.
4. Desarrollar la propia espiritualidad mediante la práctica diaria, a través de la meditación u otro medio que promueva la calma.
5. Dejar de manipular y controlar a los demás, incluyendo no dar consejos y directrices que no nos han pedido.
6. No engancharse a los juegos de pareja con papeles de rescatador, perseguidor o víctima.
7. Enfrentarse a los propios problemas y defectos, ya que a menudo tratamos de reparar los de los demás para silenciar los nuestros.
8. Cultivar lo que se necesita desarrollar en uno mismo, sin esperar a que la pareja cambie para poder realizarse.
9. Volverse lo bastante egoísta para situar nuestro bienestar, trabajo y prioridades en primer plano.
10. Compartir con los demás lo que hemos experimentado y aprendido, para ayudarlos y no repetir los mismos errores.

En resumen, se trata de acabar con el cuento que nos impide ser personas libres y autónomas.

“Existir es cambiar; cambiar es madurar; madurar es
   seguir creándose a uno mismo sin fin”
Henri Bergson

viernes, 7 de enero de 2011

CREEMOS NUESTRO MUNDO. SÍNDROMES DE CUENTO

En ocasiones la vida nos impone situaciones que nos gustaría olvidar después de haber vivido o incluso huir de ellas antes de que estas sucedan; pero cuando ninguna de las opciones es posible muchos crean su propia vida, una vida en la que el escritor es el personaje principal, de modo que él narra su propio destino en el mundo elegido. Estas son sensaciones que todos hemos experimentado en algún momento de nuestras vidas, ya que soñamos dormidos y también con los ojos abiertos, pero en un abrir y cerrar de ellos, estos nuevos mundos paralelos al real se esfuman. Son estos momentos oníricos los que nos demuestran  que vivimos en un mundo que contiene muchos otros mundos posibles y tener claro esto es la mejor vacuna para luchar con síndromes que nos señalan los límites de la percepción humana. Nuestro pasaporte a todos ellos es la amplitud de horizontes y admitir que la verdad es un territorio fronterizo cuyos límites cambian según la posición del observador.
Algunos de estos síndromes deben su nombre a la literatura como por ejemplo el SÍNDROME DE PETER PAN, cuando los humanos no saben crecer
La infancia es una etapa de felicidad, en la que no se tiene conciencia de la existencia de problemas, ya que otros (padres, maestros, abuelos…) los solucionan por nosotros. En la adolescencia se va produciendo un cambio de mentalidad y de toma de conciencia sobre las responsabilidades. Es en este momento cuando cada persona debe dirigir su vida a la dirección que prefiera, pero algunos adultos, sobretodo hombres, que han llegado a la treintena o incluso rondan la cuarentena de años continúan comportándose como niños pequeños o adolescentes y no son capaces de tomar la responsabilidad de sus actos.
Estas personas son seducidas por el  País de Nunca Jamás (juventud) que tiene idealizado y no o están hechas para la vida adulta, no se pueden comprometer, ya que creen que será un obstáculo para su libertad y  aunque llevan una vida profesional exitosa, en su vida se siguen comportando como adolescentes, es decir, egocéntricos, irresponsables y ávidos de la última diversión. Ellos se niegan a crecer presentando una marcada inmadurez, inseguridad y gran temor a no ser queridos o amados por lo se esconden detrás de excusas o mentiras para disimular su incapacidad para crecer; suelen hablar de fantásticos proyectos, negocios increíbles, grandes aventuras amorosas… Estas fantasías (mayormente imposibles de cumplir) les permiten eludir sus responsabilidades y poder culpabilizar a los otros de las cosas negativas que les ocurren.
 Usualmente estas personas parecen ser seguras de sí mismas e incluso arrogantes; sin embargo, esto es solo una coraza para ocultar sus verdaderas inseguridades e indecisiones. Otro síntoma suele ser que esta persona se siente permanentemente insatisfecha con lo que tiene pero no toma iniciativas para intentar solucionar su situación. Diríamos que es una persona que lo quiere todo pero no desea esforzarse para lograrlo.
Generalmente estas dificultades tienen su origen en la niñez, cuando el pequeño experimentó una carencia afectiva (objetiva o subjetiva) o por el contrario una sobreprotección, de modo que al crecer estas personas continúan sintiéndose desprotegidas y angustiadas frente a lo desconocido. Ante la imposibilidad de encontrar la fuente de la eterna adolescencia, parte de los hombres de la sociedad actual han optado por anclarse en una juventud que si no física, si les garantiza la psicológica y además la comodidad de afrontar el día a día sin ir más allá, una especie de carpe diem  cuya problemática aumenta proporcionalmente con la edad física del individuo. La mejor manera para ayudarlos es hacer que se enfrente a la realidad y asuman las consecuencias de  sus comportamientos y decisiones. Ante sus quejas y lamentos debe motivárseles a que tomen iniciativas proactivas para cambiar la situación y no asumir en su lugar la responsabilidad por el cambio.
Sin lugar a dudas, todos tenemos nuestro lado infantil y acabar con él de manera absoluta sería bastante demencial. Pero debemos tener claro que este Peter Pan interior no puede impedirnos crecer, asumir la responsabilidad por nuestras decisiones y continuar el camino hacia la adultez. Por mucho que pueda pesar, el paso del tiempo es ineludible y nadie escapa a él, ni siquiera estos Peter Pan modernos.
“La casa de un hombre puede parecer un castillo desde fuera;
  por dentro es a menudo su guardería”
Clare Boothe Luce

martes, 4 de enero de 2011

¿Por qué nace este blog?

Somos dos estudiantes a los que se nos propuso la realización de un blog de libre elección temática girando en torno a un eje común, la vocación que nos une, la Enfermería. Buscábamos un contenido informativo que al mismo tiempo despertase el interés del lector y así surgió la idea de centrarnos en síndromes  que considerábamos “raros” como son el de Peter Pan, el de Estocolmo o el de Capgras. La mayoría de ellos son de origen psicológico y al interactuar con la salud mental poco a poco ya nada nos parecía realmente extraño, fue entonces cuando vimos que la rareza es algo subjetivo que depende de la óptica de cada uno así como de su construcción del sujeto extraño. Pero para recoger los miles de síndromes que se han catalogado en los últimos años sería necesaria una amplia enciclopedia por lo que decidimos tratar los que pueden despertar mayor curiosidad. Esperamos que estos les atraigan del mismo modo que lo hicieron con nosotros y que al mismo tiempo sea un contenido ilustrativo claro.
“Las nubes pueden cubrir el Sol solamente en la visión del ojo minúsculo”
                                                                                                                                     Valeriu Butulescu